domingo, 16 de octubre de 2016

INFIDELIDAD: INFELICIDAD

En mi adolescencia, me imaginaba bailando delante de mucha gente, sentía emoción cuando me aplaudían. Lo solía acompañar con música, elegida de forma escrupulosa. Recreaba ese sueño mientras ayudaba a mi madre en las tareas del hogar, adoraba ese momento. A los años me imaginaba feliz. Mi cuadro mental era claro: casada con el hombre perfecto y rodeado de hijos.  Al tiempo tuve mi primera relación estable y muy duradera. Pensé que esa era mi vida perfecta, hombre perfecto. A los treinta y un años todo se rompió. Él se había enamorado de otra persona.
¿Se había roto mi sueño? En realidad, la que me rompí fui yo, había elegido no ver lo que en realidad había sucedido. Era yo la que fui infiel conmigo misma. A partir de ahí, mi vida cambio. Salí de mi zona de confort. Decidí investigar la vida, sentirla. En ese punto fue cuando comencé a querer descubrir todo lo que pudiese y más sobre el ser humano. Me centré en profundizar en cómo lograr ser coherente con mis emociones. Reconozco que en estos casi diez años, he cambiado mis perspectivas y con ellas mis resultados. Ahora, me siento capaz de comprender mis emociones porque evito engañarme.
¿Qué nos lleva a ser infieles con nosotros y con los demás? ¿Cómo cambia el mundo de la persona a la que has sido infiel?
Muchos de mis pacientes se han quedado en la fase de ira después de una vivencia similar. Otros en cambio, simplemente lo han aceptado y han seguido. Tengo que apuntar que a la mayoría, incluida yo, en gran medida si lo permite,  deja marca.
Tras aceptar mi mentira, el serle infiel a los demás me resultaba sencillo. por eso le fui infiel a mi ex pareja. No le amaba, idealizaba lo que yo había planeado desde pequeña en ese sueño. Me lo implante. Ahora me doy cuenta de la magnitud de esa obligación, de esa incoherencia. En realidad ahora lo veo de una forma muy distinta. Elegí no ver lo que en realidad pasaba. Olvidé y descuidé ese sueño de bailar delante de ese público, me olvide de esa cría que disfrutaba tanto con la música. Dejé de disfrutar de lo que hacía. Lo que vivía no era lo que me llenaba, no me hacía feliz. No era yo.
En terapia, cuando un paciente saca el tema de la infidelidad de su pareja, siempre pregunto ¿Qué crees que realmente estaba pasando entre vosotros? Normalmente viene acompañado de un silencio por mi parte. Lo siguiente que pregunto es ¿Crees que eres responsable en alguna medida de ello? Se trata de darle la vuelta a la situación, qué parte de responsabilidad se ha podido tener para que haya acabado así, lo más fácil es echarle la culpa al otro, lo sugerente esta en verlo desde un ángulo distinto, en el que se asuma las responsabilidades que nosotros tenemos en el resultado. Evadirse de la responsabilidad, dejando al otro como verdugo, no nos asegura que podamos emprender nuevos rumbos.
Qué difícil es asumir que nos engañamos ¿.Cuantos de vosotros estáis con una pareja por no estar solos? ¿Os une el amor o el qué dirán si me separo? ¿Os vinculan los proyectos juntos o la hipoteca y el confort?
Cuando comencé a caminar sola recuerdo que me daba miedo todo, porque todo era nuevo.
 ¿Y si me quedo sola? ¿Y si cuando sea mayor sigo sola? ¿Y si no sobrevivo económicamente? Y si…
Me hice habitante del país de Ysilandia, como bautizo la psicóloga Sonia Cervantes, os recomiendo su libro “¿VIVES O SOBREVIVES?”.
Al día de hoy, en base a mi experiencia personal y profesional solo puedo decir que la pareja hay que cuidarla día a día. Cada día se hace el amor de muchas formas. Es importante mimarse y mimarle. Es precioso prepararle el desayuno, poder darle un masaje, que él te coja del brazo mientras tú le cuentas tus inquietudes o tus llantos. Si viene con ira, acompañarle en ese proceso, escucharle atentamente. Sentirte mimada y cuidada. Cuando te pones malita, saber que te mereces ser cuidada y acunada. Vivir su preocupación hacia ti cuando un día lo tienes raro. Poder enfadarte y trasmitirle la situación desde el respeto y la honestidad. Borrar de tu vocabulario el “Y tú más”.
Al final si nos somos fieles a nosotros ganaremos capacidad de ser fieles a los que amamos.

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