domingo, 2 de octubre de 2016

ABUSOS: CÓMO REINVENTARTE

La palabra abuso abarca muchas modalidades, hoy me voy a referir a los abusos sexuales. Cómo puede una persona vivir con ellos. ¿Se pueden superar o acomodar dentro de tus vivencias, permitiéndote tener una vida feliz? Cuando hay un abuso sexual, sientes  una invasión directa hacia tu esencia. Algo se rompe. Puedes pensar  que jamás volverás a recuperar ese punto de confianza en ti y en los demás.
Cuando el abuso lo has vivido en tu infancia, tienes la necesidad de esconderte, ocultarte. No comprendes la realidad ni el alcance de lo que estas viviendo. Sientes culpa, vergüenza. Es muy habitual que además no se diga a la gente del  entorno, con lo que ese peso se lleva desde la más absoluta soledad. Puedes sentir que estás haciendo algo malo, la idea de admitirlo en voz alta te conecta con el pánico. Una bella flor arrancada del jardín antes de abrir sus pétalos. Un hermoso bebe que aprende a conocer el sexo en los brazos mas tóxicos y distorsionando su verdadero significado. He conocido casos que después de vivir esos episodios traumáticos de esta índole, se han llegado a sentir observados por la calle. ¿Cómo te quitas esa sensación de suciedad interna, tan escondida a la vista ajena? Aprendes el arte de la doble vida, en apariencia todo está en su sitio, en tu interior te sientes perdido e inseguro.
Es importante llegar al escalón de reconocer que no eres responsable de ello, sólo una víctima. La buena noticia es que también puedes subir a otro peldaño nuevo, aprender de tu vivencia para salir de la opaca vibración de la derrota y sentir que eres libre. La persona que realiza el acto, puntual o continuado del abuso, puede ser alguien enfermo mentalmente que no tenga de verdad noción de los daños tan agresivos que pueden hacer mediante sus actos. También puede ser que hubieran abusado de  él/ella y aprendiera esa conducta como algo normalizado. O puede ser que seas un objeto sexual para saciar gustos que atentan la lógica humana. O miles de casos más. Una manera sana de poder enfrentarte a este tema, una vez que lo has vivido, es saber que puedes sanarlo. Es lícito pasar por la fase de ira contra tu abusador, pero no residir de forma continuada. Aprender a confiar en ti es una asignatura imprescindible que aprobar, costosa pero se puede lograr. Encomendarte a alguien lo sientes como algo imposible, si no confías en ti, los demás te van a fallar. ¿Cómo juntar las piezas de los cristales rotos sin cortarte? Has sentido tanto terror que apuestas por lo seguro, al menos para ti.
¿Y lo bello que puede llegar a ser reinventarte después de una vivencia así? Es importante que te dejes cuidar por la multitud que te rodea, no todos van hacer daño, podrás descubrir en lo foráneo amor que hay destinado para ti. Permítete conquistar el mundo fuera de la fragilidad que el sentirte victima te puede aportar. Si está sucediendo en tu vida, comunícaselo a alguien de confianza, te costará mucho pero lograras vivirlo acompañada para poder denunciarlo e iniciar un proceso constructivo de restauración.
Si eres la persona que detectas que tienes conductas como abusador, ponte en manos de especialistas, eres responsable de romper el interior de alguien y solucionar tu problema puede ayudarte tanto a ti como a mejorar la vida de muchas personas. Todos nos merecemos ser amados, respetados, cuidados. 
Estas líneas están dedicadas especialmente a esas personas que lo han vivido de alguna manera:
“No estáis solos, sois maravillosos, bellos. Os abrazo. Os acuno con mi amor.”

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